A Vuelta de Rueda es una publicación que invita al lector a disminuir el paso y hacer pausas; a cambiar las horas con su interminable tic-tac por un reloj de arena.
Para lectores que no privilegian la rutina, que prefieren el disfrute de la ciudad y los placeres sencillos de recorrerla sin prisa, y de preferencia sin riesgo. Su lema: despacio que voy sin prisa.
Desde hace varios meses seguía sus publicaciones en Facebook por recomendación de Jorge Orendáin pero nunca había tenido uno de sus ejemplares en las manos —a pesar de que le traía ganas, ya saben cómo soy—. Se puede decir que más que seguirlos, los stalkeaba.
Hace un par de días, los pájaros de la casualidad se le escaparon a Milan Kundera y volaron para que yo pudiera conocer, por fin, la parsimonia hecha papel. Y por eso escribo esta breve reseña.
No voy a spoilear, porque al final de esta entrada les tengo un regalo, así que seré breve.
El ejemplar que tengo es la octava edición, como tema central, se encuentra Guadalajara, una ciudad por restaurar. En él, se habla de esta bella ciudad, de sus tradiciones, sus calles y sus nombres, sus árboles, su gente. Incluso se habla del chisme como forma de comunicación eficaz.
La mala noticia es que los ejemplares están agotados por ahora. La buena, es que pude conseguir uno para ustedes y se lo regalaré a quien comparta esta publicación diciendo cuál es su escritor tapatío favorito. También debe seguirlos en sus redes sociales:
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Puedes leer aquí: Suplemento de sí mismo.
Psicoanálisis, café, poesía. 